domingo, noviembre 09, 2008

Dead Set: El Gran Hermano de los Muertos Vivientes


-¡Has matado a Davina!
-Yo la contraté. Puedo hacer lo que quiera con ella.


Durante la expulsión de una de las concursantes del Big Brother británico, estalla una epidemia zombie en plena campiña inglesa.

El fin del mundo tal y como lo conocemos se avecina a una velocidad de espanto, y los participantes de esta edición del concurso tendrán un refugio fantástico: la casa aislada y repleta de cámaras donde se han estado odiando, discutiendo y acostándose unos con otros los últimos meses.

Cuando una de las supervivientes irrumpe en la casa, los concursantes creen que se trata de una broma del programa. Pronto descubrirán que la supervivencia es más dura que un simple reality, y que aquí están todos nominados.


Dead set es una miniserie inglesa de cinco episodios (no llega a las tres horas, en total) que respeta todos los códigos y estereotipos de cualquier producto sobre zombies que se precie. Desde escenas a carácteres y situaciones, pasando por las necesarias (y abundantes) dosis de gore desenfrenado.

Suplantando la primigenia casa del cementerio romeriana por el plató de Gran Hermano, Dead set vuelve a hablar sobre los seres humanos y las relaciones que se establecen en situaciones extremas. Y lo hace con una caligrafía meticulosa: la dirección es absolutamente cinematográfica, al nivel del último gran acierto en la temática Z como fue el Amanecer de los muertos de Snyder, e incluso un peldaño por encima de 28 días después.

Aquí los zombies corren, sí, pero solo cuando hay presas cerca. De lo contrario, vagarean tambaleándose o se dedican a despiezar a bocados los trozos de carroña que encuentran por el suelo.

Dead set no es perfecta. Como leí en Zombi Blogia (y con quien coincido plenamente), su historia nos la sabemos al dedillo, o los protagonistas aprenden a disparar demasiado rápido. Pero, a cambio, el ritmo es desenfrenado, y se nota que los que han llevado a cabo lo han hecho con mucho cariño (y talento). En el estilo, recuerda mucho a los cómics de Kirkman, o a Brian K. Vaughn. Mantiene el suspense como pocas y da algún que otro sobresalto.

Dos detalles para apuntar:
-El zombie en silla de ruedas.
-La irrupción bajo la canción de Mika. Nunca el apocalipsis tuvo una banda sonora tan alegre.

En tiempos en los que la Milá se cree que está explicando una historia interesantísima de niñatos ociosos encerrados en un spa para tontos, da gusto ver Dead Set.